Recientemente el actor porno, director, fotógrafo y escritor Bruce LaBruce entrevistó a Karl Lagerfeld para la revista Vice. Es una entrevista por demás interesante, nos enseña un lado un poco (casi nada) diferente de Karl y, lo que sí, nos permite conocer los puntos de vista que tiene Lagerfeld sobre temas en los que no había profundizado antes. Cuenta un poco de su pasado, aunque no revela muchos datos que no hubiera dado a conocer antes. Lo que si es que me hubiera gustado un LaBruce menos adulador (por no usar un término vulgar), un LaBruce que se metiera más en los temas e interactuara más con Lagerfeld, en lugar de sólo estar de acuerdo y repetir lo mismo que él dijera.
Aún así, la entrevista vale la pena así que en esta ocasión, y a lo largo de 7 entradas, no habrá nada salido de mi cerebro. Transcribiré la entrevista (en español, claro está) para que mis lectores tengan la oportunidad de conocer un poco más de este genio, o de empezar a conocerlo, si es que no son muy familiares con él. ¡Disfruten!
KARL LAGERFELD
ENTREVISTA POR BRUCE LaBRUCE
Cuando Vice me llamó el mes pasado con una propuesta salida de la nada para viajar a París y entrevistar al mismísimo Kaiser, Karl Lagerfeld -director creativo del imperio Chanel valuado en $10 billones, la casa de Fendi y su propia marca- no lo pensé dos veces. Confesaré que no era un experto en el legendario eje central de la moda antes de la propuesta de Vice, pero lo que siempre supe es que para un maricón era el equivalente a tener una audiencia con el Papa. Estaba, como es debido, emocionado por conocer al Hombre Detrás del Abanico (que, más tarde descubriría, tiene tiempo que fue reemplazo por el cuello), el gurú detrás de las gafas oscuras, y por tratar de separar el mito de la realidad.
Pero ahora que he conocido y pasado un rato con Lagerfeld, me parece que, lo más que puedo deducir, es que el hombre es el mito. No es que no haya un allí allí; es que, de alguna manera, por alguna extraña alquimia, la persona que baja la escalera de su casa de moda, multiplicada infinitamente por espejos, ha trascendido su condición terrenal para convertirse en la criatura más pura de la creatividad. Lagerfeld es un estudio en movimiento perpetuo, transitando incansablemente entre tareas creativas mientras devora al mismo tiempo la historia y el efímero presente, el espíritu del tiempo. Un voraz lector y observador de la vida a través de los libros y la cultura popular, filtra el mundo hacia su costura y otras labores creativas como si fuera algún tipo de supercomputadora. Cuando, en la siguiente entrevista, le sugiero que podría padecer el síndrome de Asperger, que es una extraña forma de autismo caracterizada por un “desorden” obsesivo-compulsivo que se manifiesta de forma un tanto genial, él se muestra de acuerdo.
Lo que más me sacudió acerca de Lagerfeld cuando estaba investigando sobre él fue lo cercanas que están muchas de mis creencias con las suyas. A pesar de que posee un jet privado y múltiples casas de lujo, es una persona anti-materialista y se mantiene apartado de sus posesiones, particularmente mientras se ha vuelto más maduro. Aprecia, saludablemente, lo que otras personas podrían considerar la “mala vida” –prostitución, promiscuidad, lo que quieran- y es, decididamente, una persona anti burguesa, lo que encaja con su disgusto con la idea del matrimonio homosexual.
Cuando nos conocimos, le enseñé una lista de diez creencias que tenemos en común, lo cual funcionó muy bien para romper el hielo. Desde el principio se comportó de manera cálida y sociable. Sin embargo, debo admitir que me hechizó. Durante la hora y media que estuve con él, me sentí casi como si estuviera en un sueño o hipnotizado –relajado pero encantado, hasta podría decir que ligeramente extático. Lagerfeld es un gurú, si, y no sólo un gurú de la moda.
Vice: Así que, estás muy ocupado, como siempre.
Karl Lagerfeld: Siempre estoy ocupado, pero este es un periodo realmente ocupado. Me gustan los periodos realmente ocupados.
A mí también. He estado viendo varios documentales sobre ti. Me he quedado un poco sorprendido mientras más he aprendido sobre ti, sobre como tu filosofía se ha ido tamizando.
Se ha vuelto más humilde.
Si, muy humilde.
Humilde sofisticado.
Eso es casi como una paradoja, pero lo entiendo.
Amo las paradojas.
Yo también. Creo que todo se trata de paradojas. La gente no lo entiende; creen que estás siendo contradictorio, pero dos cosas opuestas pueden existir al mismo tiempo. No hay misterio en ello.
La verdad sólo es una cuestión de punto de vista.
Me gusta que dejas claro que no quieres ser fotografiado o grabado sin tus gafas. Yo tampoco. ¿Quién querría?
Son mi burka.
Exactamente. Una burka para los ojos.
Una burka para hombre. Soy un poco miope, y la gente, cuando es miope, se quitan los lentes y parecen pequeños perros ansiosos por ser adoptados.
De hecho yo soy miope en un ojo e hipermétrope en el otro.
¿Y lo que tienes te impide operarte?
No. Me dicen que nunca necesitaré lentes porque sólo uso un ojo para ver de lejos y el otro lo uso para ver de cerca.
Eso es perfecto, ¿no? Yo quiero permanecer miope, de otra manera necesitaría lentes para leer. Pero no los quiero porque dibujo, y hago todo sin gafas, excepto hablar con extraños. Especialmente si ellos también usan gafas.
Odio cuando los fotógrafos te dicen, “¿Podemos ahora tomarte una foto sin gafas?” ¿Para qué? Me pueden ver perfectamente.
Una vez me entrevistó una periodista alemana – una mujer horriblemente fea. Fue días después de los comunistas –probablemente una semana después- y vestía un sweater amarillo un poco transparente. Tenía senos enormes y un enorme sostén negro, y me dijo, “Es maleducado; quítate las gafas.” Le contesté, “¿Te estoy pidiendo que te quites el sostén?”
Tienes que tener cuidado con lo que pides. Algo que haces, y que también trato de hacer en mi arte, es tratar con igualdad todos los aspectos de la creatividad. Moda, fotografía, libros, lo que sea –todo viene del mismo lugar.
Si, exacto. Todo sale de la misma cabeza. Las tres cosas que más me gustan en la vida son la moda, la fotografía y los libros. Habrá muchas más cosas que me gustan pero para las que no sirvo. No sirvo para la música. No sirvo para cantar. No me gusta actuar porque, como sea, mi vida es una pantomima.
Bueno, pero los dones que posees ciertamente te han servido perfectamente.
Soy feliz, y lo que hace las cosas aún mejores es que puedo hacer las cosas a mi manera. No tengo problemas en cuanto a temas de humildad; puedo hacer lo que quiera y en las mejores condiciones. Mi negocio de moda, Chanel, es la marca de pret-a-porter de lujo más grande en el mundo. Y Fendi es parte de LVMH, que es bastante grande también.
Has sido famoso por un buen tiempo, pero el ambiente de las celebridades ha cambiado dramáticamente en los últimos años.
Y eso es parte de nuestra vida, nuestra cultura.
¿Crees que se ha vuelto, hasta cierto punto, tóxico?
Sí, pero no hay nada que podamos hacer. Hay un precio que tienes que pagar por la fama, y la gente que no quiere pagar ese precio se puede meter en problemas. Yo acepté la idea de la celebridad gracias a un refrán francés: “No puedes tener la mantequilla y el dinero para la mantequilla.”
Me gusta eso. Tienes que escoger entre uno y otro.
Y ahora no puedo cruzar la calle. No puedo ir a ningún lugar.
Y ¿no te molesta estar sólo y aislado?
Tengo guardaespaldas. Tengo grandes carros.
¿Viajas con guardaespaldas?
Oh, claro. Pero no viajo comercialmente. Cuando quiero viajar por el mundo lo hago en jets privados.
¿Y si fueras a un bar o algo así?
No lo hago. Nunca voy a ningún lugar, ni siquiera de aquí a Quai Voltaire, en donde vivo. Nunca jamás. La gente me espera enfrente de mi casa.
¿Desde hace cuánto es así para ti, con fans afuera de tu casa?
Desde los últimos diez años. Antes, estaba bien. Y cuando era joven, la gente no me conocía. Tuve mi tiempo para ser joven y no ser molestado por este tipo de cosas.